POSTIMPRESIONISMO:
Posimpresionismo o postimpresionismo es un término histórico-artístico que se
aplica a los estilos pictóricos de finales del siglo XIX y principios del XX
posteriores al impresionismo. Lo acuñó el crítico británico Roger Fry con
motivo de una exposición de pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent
van Gogh que se celebró en Londres en 1910. Este término engloba diversos
estilos personales planteándolos como una extensión del impresionismo y a la
vez como un rechazo a las limitaciones de este. Los postimpresionistas
continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura,
pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más
emoción y expresión a su pintura. Sus exponentes reaccionaron contra el deseo de
reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del
mundo.
En los últimos años del XIX y principios del XX nos
encontramos con unos pintores que partiendo del impresionismo. El
postimpresionismo supone entre otras cosas una recuperación de la importancia
del dibujo y de la preocupación por captar no sólo la luz sino también la
expresividad de las cosas y de las personas iluminadas. Su trascendencia para
la evolución del arte es, si cabe, mayor que la de los pintores impresionistas.
Características
1.- Se concibe el arte como una actividad específica, es
decir, reproducir la realidad como es no como una reproducción ilusoria
2.- Interés por la construcción de la forma, el dibujo y
la expresividad de los objetos y figuras humanas.
3.-Los cuadros ya no son asimétricos sino que los cuerpos
con geométricos.
4.- Se elimina la perspectiva en profundidad, se
descompone la corporeidad de los objetos a elementos geométricos básicos.
5.- Empleo de colores contrastantes para distender y
definir los planos y formas.
6.- Utilización de colores puros con gran carga emotiva y
creaciones imaginativas a base de pinceladas cursivas que intentan expresar la
angustia y el desconsuelo interior.
7.- Creación de composiciones simplificadas y estáticas,
buscando la armonía de las masas cromáticas.
Paul Gauguin.
Destaca por el uso tan expresivo que hace del color con
tonos fuertes, vivos y muchas veces arbitrarios. Tiene dos temas preferentes:
el mundo exótico de Tahití y el "primitivismo" de Bretaña. Renuncia a
la perspectiva, suprime el modelado y las sombras e identifica la sensación de
plano igual. Su obra “Muchachas con flores de mango” en la que representa no
solo dos muchachas sino también la armonía y sencillez de la vida de pueblo. No
hay perspectiva, es pintura plana y representa la realidad.
Paul Cézanne.
En su pintura se recupera el volumen gracias a la
geometría, el dibujo y la definición de las formas mediante pinceladas que han
sido llamadas constructivas; todo esto sin renunciar al color de gran
intensidad mediante los contrastes y las sombras coloreadas. Su pintura ha
influido en los movimientos posteriores cubismo, fauvismo y expresionistas.
“Los jugadores de cartas” se trata de dos hombres que juegan a las cartas
situados en lados opuestos y una botella en el centro que preside la mesa.
Utiliza pinceladas breves, finas, superpuestas y de diferentes tonalidades que
modelan los volúmenes y los objetos.
Van Gogh.
Pinta figuras y paisajes de formas serpenteantes y
flamígeras que traducen su fuego interior. Es un apasionado del color como
vehículo para expresar los sentimientos. Su pincelada es muy característica,
sinuosa, cursiva y espesa; los colores son a veces agresivos con contrastes no
frecuentes- amarillo sobre naranja-. “Noche estrellada” no pretende ser un
reflejo fiel del paisaje sino la expresión del sentimiento del artista hacia la
naturaleza, que se materializa con el uso de la deformación.
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